Si bien, nuestros genes pueden determinar si somos
propensos a padecer o no ciertas enfermedades, hoy en día sabemos que no todo
depende de ellos.
La ciencia ahora reconoce
que nuestros pensamientos y emociones tienen efectos en nuestro organismo a
nivel celular. Este efecto puede ser bueno o malo, de acuerdo al tipo de
pensamientos que tenemos con mayor frecuencia y las emociones que estos
implican. Así, nuestra mente es capaz de generarnos enfermedades o bien, es
capaz de curarnos.
¿Cómo
es que sucede esto?
La mente, de manera adaptativa, e inconsciente, tiene un
mecanismos automático, que intenta acortar el tiempo de respuesta ante las
situaciones que percibe como ciertas, aunque no lo sean, y reacciona en
consecuencia. Sabemos, que cada pensamiento genera a nivel cerebral, la
liberación de neurotransmisores y neuro hormonas, como la adrenalina y
noradrenalina, la dopamina y otras muchas, cuyos efectos en el organismo,
desencadenan a su vez respuestas físicas, que dependiendo del tipo de sustancia
liberada, tendrá un efecto positivo o negativo.
Diversos estudios han demostrado que cuando tenemos pensamientos negativos por tan solo
un minuto, ponemos a nuestro sistema inmunológico en una situación delicada
durante 6 horas y si se prolonga el tiempo podemos terminar con un problema de
salud muy real. Nuestro cerebro, dirige al sistema inmune.
A las enfermedades y malestares causados por nuestros
pensamientos, se les llama, enfermedades psicosomáticas, que lejos de ser
imaginarias o pasajeras, son muy reales y pueden tener consecuencias mortales o
volverse males crónicos, que deterioran nuestra calidad de vida. Algunos
ejemplos de esto son el estrés constante, el miedo, la rabia, falta de
seguridad en uno mismo, obesidad, angustia, dolores de cabeza, e incluso cáncer
entre otros muchos.
La gente en ocasiones solo se somete a tratamientos a
base de fármacos, sin embargo, los expertos aseguran que lo ideal es, además, llevar
en conjunto una terapia psicológica.
Información en memoria de nuestra gran amiga Tere Trujilllo. Gracias por tus enseñanzas.
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